París vs. Pekín: Francia se une a EEUU contra China
Mientras que Washington está descontento con la incapacidad de Pekín de influir en la política de Corea del Norte, Bruselas baraja introducir restricciones económicas contra China.
A partir de la elección de Emmanuel Macron como presidente de Francia, las autoridades chinas ganaron un enemigo más en la persona del presidente galo, que aboga en contra de la "ley de la jungla" en el comercio internacional, destaca el autor.
Recientemente el presidente galo propuso delegar a los institutos europeos el derecho de controlar las grandes inversiones extranjeras en la UE, lo que implica la imposición de medidas restrictivas a China.
El periodista ruso considera que la conversión de Macron en oponente de Pekín se produjo en la cumbre de los líderes de la UE.
En Berlín apoyaron la iniciativa de Macron, ya que habían interpretado muy negativamente la adquisición del grupo de compañías suizo Syngenta por parte del país asiático.
De acuerdo con reuters, tras la firma de este acuerdo, la UE empezó a temer la fuga de sus tecnologías fuera del mundo occidental.
"Los países de la UE quieren poner bajo su control la firma de convenios semejantes", escribe Ígor Gashkov.
Macron califica la posible restricción de mecanismos de mercado de condición muy importante, que ayudará a prevenir el "caos de la globalización".
Efectivamente las inversiones chinas en la UE aumentaron en un 77% en 2016 mientras que las de Bruselas en China se vieron disminuidas. Los economistas europeos lo explican con el hecho de que Pekín no ofrece a los inversores extranjeros la posibilidad de comprar sus empresas de manera tan libre como lo hacen los chinos en el resto del mundo, explica Gashkov.
En estas circunstancias de desequilibrio en la esfera de comercio bilateral, Bruselas quiere compensar sus pérdidas por medio de los aranceles.
Es la razón por la que la UE recientemente aprobó una serie de restricciones contra las importaciones chinas del acero. En abril y mayo, la comunidad europea aumentó los aranceles para el acero chino. Además en el mismo periodo los países europeos reiteraron que no querían considerar el estatus de país con economía de mercado para China en la Organización Mundial de Comercio.
La ofensiva de Macron contra el país asiático coincidió con el enfriamiento de las relaciones chino-estadounidenses sobre el trasfondo de la situación en Corea del Norte, señala el autor.
La tensión entre ambas potencias podrá provocar el retorno del presidente Donald Trump hacia su política antichina. De eso evidencian las medidas que Washington aplica contra el gigante asiático en las esferas económica y militar.
En la Casa Blanca han reiterado que planean celebrar unas maniobras navales en el océano Índico con Tokio y Nueva Deli a las que no invitarán a Pekín. Además, Washington, igual que los europeos, baraja la posibilidad de introducir aranceles a las importaciones del acero chino, cuyo precio considera extremadamente bajo.
"Tras la aparición en la arena europea de un nuevo jugador –Macron– Pekín puede poner sus esperanzas solo en los países del sur y del este de la UE, muchos de los cuales dependen de las inversiones chinas de forma muy crítica. En China esperan que la resistencia de Portugal, Grecia, Suecia y España permita evitar la introducción de nuevas restricciones por parte de la UE. Mientras tanto Macron tendió su mano hacia Donald Trump al haber declarado sobre la unanimidad de sus enfoques sobre Siria", escribe el periodista.
Karabakh Today