• Los consumidores comienzan a pisar el freno

Por mucho que los siglos y las tecnologías la hayan complicado, el punto inicial de toda economía siempre ha sido cuando alguien saca la cartera para llevarse un producto a casa. Los 27.140 euros que, de media, se gastó cada hogar español en 2015 impulsaron la recuperación de la economía; fue el primer incremento del consumo familiar en términos reales en siete años. Los analistas esperan que 2016 sea igualmente positivo; según la consultora Deloitte, las ventas minoristas en estas fechas navideñas crecerán un 4% con respecto al año pasado. Pero el mercado ya da señales de que esta alegría consumista viene impulsada por una serie de circunstanciasextraordinarias; algunas de ellas, como un petróleo a precios bajos o los incentivos fiscales en el IRPF, están a punto de terminar.

Con dos palabras: crecimiento descendente —un aparente contrasentido—, la totalidad de los grandes servicios de estudios del país, desde el Banco de España a Funcas, AFI, BBVA o Caixabank resumen lo que va a pasar: se empieza a terminar el efecto rebote de la economía. Daniel Fuentes, economista sénior de Analistas Financieros Internacionales (AFI), traslada que la mitad del crecimiento actual del PIB se explica por el tirón del consumo privado. “El año que viene todos los analistas vemos una desaceleración, aunque todavía crecerá un 2,5%”, cree.

 

“En 2017 el crecimiento promedio anual del consumo privado se ralentizará hasta el 2,3% [este año crecerá un 3%] debido a la menor contribución de la renta y la riqueza inmobiliaria y la desaparición de algunos factores transitorios”, abunda el último análisis de BBVA. El servicio de estudios del Banco de España pronostica un avance del 2% y la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) del 1,9%.

El índice de confianza del consumidor se mantiene a niveles muy altos y no anticipa el principio del fin de un ciclo. “Hasta el tercer trimestre de 2016 el consumo ha ligado tres años de crecimiento, progresando un 8,5% desde sus mínimos de 2013”, analiza Miguel Cardoso, del servicio de Estudios del BBVA. El aterrizaje, que se da por seguro, será suave y empezará debido al alza de precios inducida por el incremento del petróleo. “Venimos de años con un IPC negativo, y el que viene pronosticamos una inflación de un 1,4% o un 1,5%, y los hogares lo van a acusar”, considera Fuentes.

 

Karabakh Today